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¿Un Estado anclado en el pasado? ¡Hablemos de la DIAN!

27 mai 2025 par
¿Un Estado anclado en el pasado? ¡Hablemos de la DIAN!
Risk&Audit

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¿Un Estado anclado en el pasado? ¡Hablemos de la DIAN!

Amigos, ¿alguna vez han sentido que algunas instituciones se quedaron varadas en el tiempo? Un ejemplo que nos toca de cerca a muchos, y que a menudo nos saca canas verdes, es la plataforma de la DIAN. ¡Vaya experiencia! Un servicio al cliente que a veces parece un laberinto sin salida, una tecnología que se siente de otra época, luchando por mantenerse a flote ante la avalancha de transacciones que debería manejar.

Uno se pregunta: ¿será un fallo en la arquitectura de red, en el manejo de datos, en el sistema mismo? ¿O quizás, al momento de planificar, no se visualizó el horizonte de crecimiento y las necesidades reales? Seguimos con la idea de que "con esto basta" o que "no todos van a ingresar al mismo tiempo". ¡Pero seamos realistas! La página de la DIAN debería estar blindada para soportar, como mínimo, a unos 5 millones de usuarios simultáneos, entre personas naturales y empresas con RUT. Parece que insisten en poner todos los huevos en la misma canasta digital.

Claro, no faltará el ingeniero informático que diga: "usted no sabe de lo que habla". Pero apelemos al sentido común: si la plataforma se cae constantemente, ¿cuál es su verdadera capacidad de atención por segundo? ¿Realmente está a la altura del desafío?

Y este "dolor de cabeza digital" no viene solo. Se suma a un estatuto tributario que muchos consideran obsoleto –¡y ni hablemos de otras leyes, como el código de comercio, que también piden a gritos una actualización para estar a tono con el siglo XXI!

La "papa caliente" de las declaraciones y el rol del contador

Frente a las fallas, la respuesta fácil de la DIAN suele ser: "los contadores o las empresas dejan todo para última hora". Pero, seamos honestos, ¿cuántas veces hemos intentado anticiparnos solo para toparnos con una página intermitente o, peor aún, con una plataforma que no está lista para recibir la información? Es el eterno dilema: ¡malo si planeamos con tiempo, y peor si esperamos!

Aquí entramos en otro terreno crucial: la responsabilidad de presentar las declaraciones. Legalmente, es del representante legal, pero en la práctica, ¿quién termina "apagando el incendio" y asumiendo el estrés? ¡El contador! Quizás es hora de que, como gremio, reflexionemos y empecemos a devolver esa responsabilidad a quien realmente corresponde. Si el representante legal no sabe usar la plataforma, ¡es una excelente oportunidad para que aprenda! Dejemos de "adoptar" clientes y sus cargas directas. Y si un representante legal decide delegar esta tarea, es fundamental que quede constancia por escrito de que el contador es un asesor y no el responsable final ante las contingencias de la plataforma o errores ajenos.

Contadores: ¡A valorarnos y a pensar en grande!

Esto nos lleva a un punto vital: ¡saber cobrar! Colegas, nuestro tiempo, conocimiento y la gestión de este tipo de situaciones tienen un valor inmenso. No se trata de "no pensar en el pobrecito cliente", sino de ser justos con nuestra profesión y asegurar que nuestro trabajo cubra estas eventualidades. Cobrar adecuadamente nos permite no solo sobrevivir, sino también invertir en nosotros mismos y evitar ahogarnos en una carga operativa excesiva.

Es hora de aprender a delegar, de dejar atrás tanto proceso operativo y enfocarnos en la estrategia. El gran reto, colegas, es dejar de pensar como auxiliares contables y asumir nuestro rol como verdaderos asesores estratégicos y financieros. ¡El futuro de nuestra profesión depende de ello!

 

 

Cordialmente

EDGAR FERNANDO GELVIS VEGA

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Risk&Audit 27 mai 2025
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